A los niños les encantan las golosinas y aprovechamos cualquier ocasión para premiarlos con ellas o bien, son un destacado aliciente en fiestas y celebraciones infantiles.
Es conocida la incidencia que los azúcares tienen en la formación de la caries dental, sobre todo los alimentos pegajosos o adhesivos que tienen gran poder cariogénico porque permanecen más tiempo en contacto con los dientes. Asimismo los alimentos que se consumen entre horas tienen más probabilidades de desarrollar caries, ya que durante las comidas el bolo alimenticio arrastra gran parte de los azúcares hacia el estómago, evitando que estos permanezcan en la boca.
Las golosinas contienen gran cantidad de azúcar pero existen diferencias entre ellas:
- Los caramelos masticables, los chicles con azúcar, el regaliz y las gominolas dejan en los dientes un baño de azúcar que permanece más tiempo en la boca que las golosinas que se consumen rápidamente.
- Las golosinas con con aditivos ácidos en su composición, reducen el pH de la saliva y pueden, por tanto, debilitar el esmalte dental y favorecer el desarrollo de la caries.
Entonces, ¿Qué hacemos con las golosinas?
- Los caramelos y dulces deben se para ocasiones especiales, no tomarlos a diario.
- Si vas a dar un dulce a tu hijo, es mejor hacerlo después de una comida. Pero no olvides el cepillado de dientes después.
- Existen piruletas, caramelos, chicles y otras golosinas sin azúcar que pueden gustar tanto como las convencionales.
- El chocolate negro es una buena opción. Es rico en antioxidantes y teobromina, tiene beneficios para los dientes y mucho menos azúcar que otras formas de chocolate.
- Una alternativa a las chucherías son las pequeñas baratijas o juguetes que proporcionan alegría a los niños sin un gramo de azúcar.
La higiene y la genética tienen gran responsabilidad en la salud de los dientes, pero lo que ingerimos influye en gran manera y debes tenerlo en cuenta para que tu hijo mantenga una boca sana que no afecte negativamente al resto de su organismo.