¿Qué efectos puede tener el fumar en mi salud oral?
El uso de cualquier producto de tabaco puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer oral y enfermedad de las encías (enfermedad periodontal).
Los productos de tabaco dañan los tejidos de las encías al afectar la unión del hueso y los tejidos blandos con los dientes. Un ejemplo del efecto es la recesión de las encías. Cuando la línea de las encías retrocede, se exponen las raíces de los dientes y aumenta el riesgo de desarrollar sensibilidad al frío o al calor, o de caries dentales en esas áreas sin protección.
Entre el 75% y el 90% de todos los casos de cáncer oral están ligados a los efectos combinados del consumo de tabaco y alcohol. Los fumadores que no consumen alcohol tienen un riesgo entre 2 y 4 veces mayor de desarrollar cáncer oral que las personas que no beben ni fuman, mientras que fumar y beber mucho conjuntamente multiplica por 38 la posibilidad de desarrollar un cáncer.
Fumar puede retrasar la cicatrización posterior a la extracción de un diente o después de una cirugía oral.
Fumar también puede contribuir al mal aliento, a las manchas en los dientes y en la lengua y a la acumulación de sarro en los dientes.
¿Qué son el paladar y la melanosis del fumador?
Las personas que fuman un número elevado de cigarrillos desarrollan de forma frecuente un paladar duro, pálido o blanco, a menudo combinado con múltiples puntos rojos. Esto se debe a la isquemia circulatoria (constricción de los vasos sanguíneos con un menor flujo de sangre) y puede desaparecer tras dejar de fumar.