La OMS reconoce que la pobreza y las desigualdades sociales juegan un papel fundamental en la presencia de enfermedades orales y en la posibilidad de recibir tratamientos. Países en vías de desarrollo muestran una incidencia mucho mayor del cancer oral y el Noma, enfermedad asociada a la desnutrición infantil y que es casi exclusiva de África y el sudeste asiático.
La brecha entre países ricos y pobres no hace más que crecer en los últimos años. Al 62% de la población mundial, solo le corresponde el 2% del gasto sanitario mundial. Un ejemplo de esta situación la tenemos en el precio del dentífrico que en algunos países llega a ser prohibitivo. En Zambia el costo anual de la pasta dental equivale al salario mensual de uno de sus habitantes.
A todo esto añadimos la escasez de personal sanitario. Por ejemplo en Guinea Ecuatorial hay un dentista por cada 100.000 habitantes frente a los 1.000 / 2.000 de nuestro entorno.
La odontología callejera es moneda común en países como India y China. Los peligros de esta práctica son obvios: materiales escasos, falta de anestesia, higiene nula o deficiente, falta de antibióticos....
Organizaciones como UNICEF y otras ONG como Dentistas sin fronteras, se esfuerzan en para hacer llegar cada año sus campañas a más lugares y ofrecer mayores servicios.
Fuente consultada: «Equidad y salud oral. contexto mundial» Doctor Juan Carlos Llodra Calvo, profesor
titular de Odontología Preventiva y Comunitaria de la Universidad de Granada
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