La biología del estrés
El estrés es la forma en que tu cuerpo reacciona a los
problemas ambientales, y por si mismo, el estrés no es necesariamente malo,
puede motivarte más a lograr tus metas.
Cuando estás estresado:
- Aumenta el ritmo cardiaco y la presión arterial.
- La respiración se acelera.
- Los músculos se tensan.
- Los sentidos se agudizan.
Esto hace que la tensión de tu cuerpo pueda influir en tu
salud oral y general.
Bruxismo, rechinar los dientes.
Los músculos de la mandíbula se encuentran entre los más
fuertes del cuerpo y pueden ejercer una gran presión sobre los dientes
posteriores cuando se tensan. Cuando estás nervioso o estresado los dientes
crujen al mismo tiempo que se tensan los músculos de la mandíbula. Esto ocurre
generalmente durante el sueño y puede que no seas consciente de este hábito
hasta que comience a afectar a tu salud dental. Los signos de bruxismo pueden
incluir:
- Desgaste excesivo de los dientes, generalmente en las superficies de masticación.
- Dolores de cabeza recurrentes.
- Dientes agrietados o fracturados.
- Dientes sensibles.
- Trastorno de la articulación temporomandibular (ATM)
Abandono de los hábitos de higiene dental
El estrés puede ser lo suficientemente importante como para
bloquear los hábitos y rutinas como el cepillado y el uso del hilo dental.
Descuidar tus hábitos de higiene dental es una manera de permitir que las
enfermedades dentales se desarrollen. Las bacterias y ácidos pueden acampar a
sus anchas y producir enfermedad de las encías y caries dental.
El sistema inmune y la enfermedad de las encías.
El exceso de trabajo de la mente y el cuerpo puede afectar a
la capacidad del cuerpo para regular su sistema inmunológico y combatir los
gérmenes dañinos. Como resultado de esto, los altos niveles de estrés pueden
hacerte más vulnerable a la enfermedad de las encías y a la capacidad de
combatirla, lo que puede llevar a la perdida de dientes permanentes.
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