Muchos dentistas a veces nos preguntamos si volveríamos a estudiar esta carrera si tuviésemos la oportunidad de cambiar. Al contrario, entre los estudiantes que ahora esperan su ingreso en la universidad la odontología es uno de los estudios más solicitados.
Cuando preguntas a uno de estos estudiantes el porque de su interés por esta profesión te das cuenta que sus expectativas, muchas veces no se corresponden con la realidad. Generalmente tienen en mente la seguridad laboral, la independencia económica y el reconocimiento profesional. También en algunos casos, el hecho de tener algún dentista en su familia es una de las razones que argumentan.
El día a día de la odontología.
Los que piensan que esta profesión no supone un esfuerzo físico y mental, se equivocan: el cansancio, los problemas crónicos de columna, el síndrome del túnel carpiano, la perdida de agudeza visual..y el estrés te hacen sentir en muchas ocasiones que estás nadando contra corriente.
A todo ello se suman:
Consideraciones de tipo económico.
Si al terminar la carrera has tenido oportunidad de realizar un master, de trabajar en otras clínicas , ha llegado el momento de pedir un esfuerzo adicional a tu familia, endeudarte casi de por vida y montar tu propia clínica.
Aunque los dentistas pueden facturar cantidades importantes de dinero, los materiales odontológicos, los impuestos y tasas, los salarios y la seguridad social del personal y de los colaboradores, el mantenimiento de las instalaciones y los equipos se llevan una gran proporción de lo ingresado.
Pero ...¿qué ocurre con los desorbitados precios del equipamiento? Cuando ya tienes el equipamiento que consideras suficiente, te das cuenta que año tras año van apareciendo nuevos avances tecnológicos de los que no puedes apearte. Por no hablar de los cursos de formación para mantenerte en la vanguardia de la profesión.
Consideraciones sobre el ejercicio de la profesión.
Chocas con la realidad cuando te das cuenta que no eres tan bueno como pensabas y que hay muchas cosas que no puedes controlar:
- Se rompe una lima mientras realizas una endodoncia.
- Retocando la oclusión de una corona, llegas al metal.
- Rompes un esquelético al ajustarlo.
- Una simple extracción se convierte en una cirugía cuando se rompe una raíz.
- Una corona no ajusta.
- Una reconstrucción que ha quedado espectacular se rompe a las 24 horas de hacerla.
- Pacientes a los que no hace efecto la anestesia.
- Pacientes difíciles de complacer.
- Niños que no se dejan tratar.
¡Ya es suficiente!
En los párrafos anteriores se muestra un cuadro muy oscuro del ejercicio de la Odontología. Si esto fuera así, muy pocos podríamos soportar una vida laboral tan deprimente. Hay otra cara de la moneda mucho más gratificante, los aspectos mas satisfactorios que proporciona esta profesión:
- Trabajas en aquello que te gusta y para lo que te has preparado.
- Si no estás atado a ninguna franquicia o sociedad eres quien dirige tu consulta. Vamos...tu propio jefe.
- Decides que días y cuantas horas vas a trabajar, cuantos pacientes vas a tratar.
- Eliges a los proveedores y a los profesionales que trabajan contigo.
- Puedes planificar tus vacaciones.
- Marcas la filosofía y los principios que determinan la actividad de tu clínica.
- La alegría de mejorar la calidad de vida de una persona proporcionándole una bella sonrisa no tiene precio.
- La satisfacción de restaurar la dentadura de alguien que podrá disfrutar de nuevo de la comida no se puede medir.
- La oportunidad de aliviar el dolor y el sufrimiento es un gran privilegio.
- Cambiar la vida a alguien de quien muchas veces recibirás un abrazo y un sincero "gracias", te alegrará el resto del día.
- Comprovar el resultado de tu esfuerzo y dedicación.
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