lunes, 27 de octubre de 2014

Las golosinas, el enemigo más dulce de la salud bucodental.



A los niños les encantan las golosinas y aprovechamos cualquier ocasión para premiarlos con ellas o bien, son un destacado aliciente en fiestas y celebraciones infantiles.

Es conocida la incidencia que los azúcares tienen en la formación de la caries dental, sobre todo los alimentos pegajosos o adhesivos que tienen gran poder cariogénico porque permanecen más tiempo en contacto con los dientes. Asimismo los alimentos que se consumen entre horas tienen más probabilidades de desarrollar caries, ya que durante las comidas el bolo alimenticio arrastra gran parte de los azúcares hacia el estómago, evitando que estos permanezcan en la boca.

Las golosinas  contienen gran cantidad de azúcar pero existen diferencias entre ellas:
  • Los caramelos masticables, los chicles con azúcar, el regaliz y las gominolas dejan en los dientes un baño de azúcar que permanece más tiempo en la boca que las golosinas que se consumen rápidamente.
  • Las golosinas con con aditivos ácidos en su composición, reducen el pH de la saliva y pueden, por tanto, debilitar el esmalte dental y favorecer el desarrollo de la caries.

Entonces, ¿Qué hacemos con las golosinas?

  • Los caramelos y dulces deben se para ocasiones especiales, no tomarlos a diario.
  • Si vas a dar un dulce a tu hijo, es mejor hacerlo después de una comida. Pero no olvides el cepillado de dientes después. 
  • Existen piruletas, caramelos, chicles y otras golosinas sin azúcar que pueden gustar tanto como las convencionales.
  • El chocolate negro es una buena opción. Es rico en antioxidantes y teobromina, tiene beneficios para los dientes y mucho menos azúcar que otras formas de chocolate.
  • Una alternativa a las chucherías son las pequeñas baratijas o juguetes que proporcionan alegría a los niños sin un gramo de azúcar.

La higiene y la genética tienen gran responsabilidad en la salud de los dientes, pero lo que ingerimos influye en gran manera y debes tenerlo en cuenta para que tu hijo mantenga  una boca sana que no afecte negativamente al resto de su organismo.





miércoles, 15 de octubre de 2014

CÁNCER Y SALUD BUCAL


El 4 de febrero se celebra el Día Mundial del Cáncer. Este es un buen motivo para conocer las repercusiones de los tratamientos de esta enfermedad en la salud bucal. 

¿Cuáles son los efectos de  la quimioterapia en la boca?

La quimioterapia es el tratamiento del cáncer a base de medicamentos que destruyen las células cancerosas. Pero estos medicamentos también pueden dañar las células normales, incluyendo las células de la boca. Los efectos secundarios que produce la quimioterapia en la boca pueden incluir problemas en los dientes, las encías, los tejidos bucales blandos y las glándulas salivales.
  • Boca y encías doloridas
  • Sequedad de boca
  • Lengua ardiente, inflamada o descamada
  • Infecciones
  • Cambios en el sentido del gusto.
Estos problemas no son iguales en todas las personas, depende de los medicamentos y de la manera que que el cuerpo reacciona ante ellos. Alguno de estos problemas ocurren solamente durante el tratamiento o por un periodo breve después que este termina.

¿Por qué hay que visitar al dentista?

El dentista forma parte importante  del tratamiento contra el cáncer. Visitar al dentista antes de comenzar la quimioterapia, puede ayudar a prevenir problemas serios en la boca que incluso pueden provocar  la interrupción del tratamiento.

¿Cómo mantener la boca sana durante el tratamiento con quimioterapia?

El primer paso es visitar al dentista antes de comenzar el tratamiento. Una vez comenzado, es importante revisar la boca a diario para ver si hay heridas o ha ocurrido algún cambio. 

Mantener la boca húmeda:
  • Beber mucha agua
  • Chupar trozos de hielo.
  • Utilizar chicles o caramelos sin azúcar.
  • Utilizar sustitutos salivales
Mantener limpias las encías, la lengua y la boca:
  • Cepillar los dientes, las encías y la lengua con un cepillo extra suave después de cada comida y antes de acostarse. Se puede ablandar el cepillo con agua tibia.
  • Usar pasta de dientes con flúor.
  • No realizar enjuagues bucales que contengan alcohol. Se puede emplear una mezcla de una cucharadita de bicarbonato de sodio y otra de sal disuelta en un litro de agua tibia. También las infusiones de tomillo pueden ayudar a desinflamar las encías.
  • Usar hilo dental entre los dientes evitando dañar las encías, sobre todo si están inflamadas o sangran.
Cuidar la alimentación:
  • Evitar los alimentos crujientes, muy condimentados, caliente o ácidos que puedan irritar la boca.
  • Escoger alimentos húmedos y blandos que sean fáciles de masticar y tragar.
  • Si se tiene dificultad para tragar, se pueden ablandar los alimentos con caldo, yogurt, leche u otros líquidos.
  • Comer en mordidas pequeñas y masticar lentamente. Beber en pequeños sorbos ayudará a ingerir mejor.
Hablar regularmente con el oncólogo o el dentista acerca de cualquier problema que surja durante y después del tratamiento.

Fuente:    National Institute of Dental and Craniofacial Research


martes, 7 de octubre de 2014

Señales que te avisan de que debes visitar al dentista.





Las limpiezas dentales y las visitas periódicas al dentista son parte de la rutina para mantener una correcta salud oral. Sin embargo no siempre es posible esperar hasta la próxima cita programada, especialmente si notas algún signo de que algo puede ir mal.
Si presentas alguno de los siguientes síntomas, te recomendamos concertar una cita con tu dentista antes de que la enfermedad pueda empeorar.

  • Dolor o sensibilidad dental. El dolor o la sensibilidad dental puede variar desde leve a grave dependiendo de la causa que esté detrás de él. Si recientemente has mordido algo duro o sufrido algún traumatismo en un diente, la sensibilidad o el dolor puede desaparecer con el tiempo. Si es causada por una caries o una raíz expuesta debido a una enfermedad de las encías, el problema no hará más que empeorar hasta la visita a la clínica dental.
  • Problemas de las encías. Sangrado, hinchazón y enrojecimiento puede deberse a que hay un problema en tus encías. El que no sientas dolor puede parecer que el problema no es grave. Pero encías irritadas, especialmente cuando sangran, indican el comienzo de una enfermedad que necesita tratamiento lo antes posible, antes de que cause daños irreversibles en los dientes y en la mandíbula.
  • Dolores de cabeza.  Es muy común  pensar que los dolores de cabeza no se relacionan con la salud dental sino está acompañado de un dolor de muelas,pero los dolores de cabeza y migrañas son a menudo el resultado de unas anomalías dentales. Por ejemplo, un desequilibrio en la mordida, pueden poner en tensión la mandíbula y alterar los nervios craneofaciales provocando dolores de cabeza y otras formas de malestar.
  • Llagas o ulceras en la boca. Si se curan en pocos días las llagas o aftas son solo molestias menores. Sin embargo, si una ulcera bucal no se cura y se acompaña de fiebre o dolor persistente puede indicar un problema más serio que debe ser evaluado por el dentista.